Románico
Pantón
Las iglesias románicas de Pantón pertenecieron a monasterios que tuvieron su origen en la Edad Media. La situación geográfica de este ayuntamiento, bañado por los ríos Cabe, Miño y Sil, favoreció los asentamientos religiosos en su territorio. Son en su mayoría de pequeño tamaño, pero conservan una gran riqueza escultórica e importantes pinturas murales.
De todos los monasterios medievales, solo perduró la vida religiosa activa en el monasterio cisterciense del Divino Salvador de Ferreira de Pantón.
Los ríos –el Sil, el Cabe, el Miño- pasan pero la tierra permanece. Esta es tierra benedictina, parcela preciosa de la Ribeira Sagrada: Santa María de Ferreira, San Miguel de Eiré, Santo Estevo de Atán, San Vicente de Pombeiro, San Fiz de Cangas. Aquí fueron las dulces abadesas de antaño: vienen los féminos nombres, como flores coloradas, en las donaciones de antaño: Ximena, abadesa de Ferreira, Aldonza, abadesa de Eiré, y doña Elvira, abadesa de San Fiz ”Mais oú sont les neiges de Atán” ¿Donde están, Virgen soberana? Acaso en la noche, sumergiéndose en el enorme silencio como la redonda luna en las aguas del Miño, sin romperlo ni mancharlo, oís las cristalinas voces del tiempo pasado en Ferreira de Pantón, si os acercáis a la clausura bernarda, junto a las voces de las monjas de divinas palabras; solamente una monótona salmodia lejana. El gregoriano es como un mar y en él, como olas que van y vienen, comunal destino, se pierden los labios y
los nombres: Aldonza, Ximena, Elvira..
“Julio en la Ribeira Sagrada”, en El pasajero en Galicia.
Álvaro Cunqueiro
Monasterio Cisterciense del Divino Salvador
Perteneció en origen a la orden benedictina y fue incorporado a la orden cisterciense a finales del siglo XII. Las religiosas que continúan manteniendo vida activa en este monasterio y siguiendo la máxima de ora et labora centran su vida en la oración y en el trabajo.
El recinto monástico está rodeado de unos altos muros con acceso a través de una amplia portada del siglo XVIII. En su interior encontramos tres partes bien diferenciadas:
La iglesia: Románica del siglo XII, con planta de única nave rectangular y cabecera semicircular, cubierta con bóveda de cascarón. El presbiterio está cubierto con bóveda de cañón y en él se asientan dos enterramientos del siglo XV pertenecientes a nobles de la familia López de Lemos.
En el interior y en el exterior de la cabecera sobresale su abundante decoración escultórica. Capiteles y canzorros, de variados temas y cuidada técnica, son un claro exponente del simbolismo románico.
La nave de la iglesia se cubre con un original artesonado de madera del siglo XVI, de clara influencia mudéjar. En su interior destaca la imagen de un Cristo Crucificado, realizada en el siglo XVII en madera policromada, que perteneció a uno de los antiguos retablos barrocos.
Arrimadas al muro sur hay una pequeña capilla y la sacristía de construcción posterior a la de la iglesia.
En el año 1975 se descubrió, tapiada en una de las ventanas del muro norte, una imagen románica en madera policromada que representa a una Virgen con el Niño Jesús sobre sus rodillas. Está expuesta en una de las dependencias del monasterio junto a
otra talla románica restaurada del Cristo Majestad de Santa María de Ferreira.
Claustro: Construido en el siglo XVI, de estilo renacentista con planta rectangular y organizado en dos cuerpos. La planta baja realizada en granito con arcos de medio punto, columnas y capiteles de tradición clásica. La primera planta es alintelada y
combina la piedra y la madera. En un lateral del claustro se conserva el enterramiento de la condesa Fronilde Fernández, dama que se encargó de la anexión de este monasterio a la orden del Císter en 1175.
Dependencias barrocas: Realizadas en el siglo XVIII se corresponden con el resto del monasterio. La fachada principal tiene dos cuerpos y torre en el extremo norte a la que se añaden las dependencias del antiguo hospedaje.
De este siglo es el espacio conocido cómo “das donas”, antiguas celdas de religiosas nobles. En su tejado sobresalen ocho originales chimeneas.
El monasterio posee un pequeño hospedaje acondicionado a finales del siglo XX y destinado a personas que buscan un lugar diferente para su jubilación o estudio. Cuenta con una tienda para la venta de la repostería hecha por las monjas.
HORARIO DE VISITAS: Todos los días de 10:00 horas a 13:00 horas y de 16.00 horas a 18:30 horas.
Paramos un momento en Pantón y entramos en el patio de un
convento. No hay nadie; reina el silencio y la soledad.
Pio Baroja, Reportajes
San Miguel de Eiré
Formó parte de un monasterio femenino de la orden beneditina, La primera documentación
relacionada con este monasterio está fechada en el siglo X.
Sufrió la reforma de los monasterios que, en el siglo XV, obligó a las monjas de esta orden a trasladarse al monasterio de San Paio de Antealtares. La abadesa de Eiré y otras religiosas de la Ribeira Sacra encabezaron un acto de rebeldía al no aceptar el cierre de sus monasterios. Finalmente se vieron obligadas a un abandono forzoso, que finalizó en el siglo XVI con la de la vida monástica en Eiré.
La iglesia actual es románica del siglo XII. Una ventana con arcos de herradura que se conserva en su interior nos da cuenta de una construcción prerrománica.
La iglesia tiene una única nave con cubierta de madera a doble vertiente y una pequeña nave transversal a la manera de crucero, sobre la que se asienta la torre-campanario que le da a la construcción aspecto de fortaleza. Su cabecera es semicircular con bóveda de cascarón, precedida de un tramo recto que se cubre con bóveda de cañón.
Al muro norte se adosó una capilla de origen funerario, que no conserva la techumbre, pero sí dos enterramientos.
San Miguel de Eiré sobresale por la variada temática en la decoración de capiteles, canzorros, de la puerta norte y de la pila bautismal. Conserva pinturas en la bóveda del ábside fechada en el siglo XV.
Fue iglesia parroquial hasta el año 1890. Es monumento nacional desde el año 1964.
Santo Estevo de Atán
Situada en la orilla izquierda del río Miño, la historia de este lugar
se relaciona con la repoblación del obispo Odoario en el siglo VIII y con un enclave monástico.
Estudios arqueológicos realizados a finales del siglo XX se refieren a diversas construcciones que fueron la base de la iglesia actual. Los restos de piedras caladas prerrománicas conservados, y actualmente colocados en la torre-campanario, son indicio de una edificación anterior a la iglesia conservada.
Fue construida a principios del siglo XIII y muestra una única nave rectangular con cubierta de madera a doble vertiente y cabecera también rectangular.
Conserva una importante decoración escultórica en canzorros y capiteles, y también muchas marcas de cantero. Los elementos decorativos de las puertas norte y oeste, comunes a otras iglesias de la Ribeira Sacra, están relacionados con la tradición del maestro Mateo.
En el interior se conservan pinturas murales de los siglos XV y XVI.
Fue declarada monumento nacional en el año 1975.
San Vicente de Pombeiro
La iglesia está situada en la orilla derecha del río Sil en un lugar de naturaleza privilegiada cerca del río Miño, donde hubo un asentamiento eremítico del que se conservan los sarcófagos antropomorfos del Preguntoiro.
Perteneció a un monasterio benedictino adscrito a la reforma cluniacense. A principios del siglo XVI fue incorporado al vecino monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil.
Su iglesia, con planta basilical de tres naves de gran altura, con cubierta de madera y cabecera con tres ábsides semicirculares, fue consruída en los primeros años del siglo XIII.
Presenta tres puertas de acceso con arco apuntado. La fachada principal se completa con un campanario y con un tornalluvias de esmerada decoración.
En su interior lucen varios retablos entre los que sobresale el de la capilla central, barroco, de gran tamaño y hermosura. Las pinturas
murales son de los siglos XV y XVI.
Próxima a la iglesia está la rectoral, reformada en el siglo XVIII, con un escudo relacionado con el monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil.
San Fiz de Cangas
Perteneció a un monasterio de monjas benedictinas. La vida monástica perduró en San Fiz hasta la reforma de finales del siglo XV, en que las religiosas de esta orden en Galicia fueron trasladadas al monasterio de San Paio de Antealtares, en Santiago.
La iglesia es muy original en su estructura arquitectónica. Su construcción es de finales del siglo XII y primeros años del XIII. Sufrió importantes reformas posteriores.
Tiene planta basilical de única nave, crucero y cabecera con tres ábsides. La de la izquierda fue modificada en el siglo XVII y convertida en capilla de los señores de Torre Novaes. En ella destaca el sarcófago del caballero don Rodrigo López de Quiroga.
Conserva dos retablos del siglo XVIII, con esculturas de santos y santas relacionados con la orden benedictina. Relacionado con la iglesia se conserva un calvario del siglo XIV, compuesto por las figuras de Cristo crucificado, la Virgen y san Juan, realizado en madera policromada. El conjunto original se encuentra en la actualidad en el Museo de Arte Sacro de las Madres Clarisas de Monforte de Lemos. La copia, de gran fidelidad, se expone en un pequeño recinto cerca de la iglesia románica.
La iglesia de San Fiz de Cangas fue declarada monumento nacional en el año 1981.